jueves, 30 de abril de 2009

El Silencio de los Pájaros

Es primavera y la brisa fresca acaricia la nuca de un viejo que apoyado en un bastón avanza por el camino. De pronto aminora su paso y exclama, -¡no oigo pájaros!¿Oyen ustedes cantar a los pájaros?-. Sus compañeros dejan de conversar, agudizan el oído y comentan, que tal vez el miedo sea el motivo por el que lo pájaros paren sus trinos. Y continúan el camino hasta adentrarse en el monte, pero ningún pájaro canta, no los ven saltando entre las ramas de los árboles. Tampoco ven mariposas, y las telas de las arañas no irrumpen el paso. No se ven pulgones en los brotes de las hojas, ni abejas, ni libélulas. Y, sin embargo, las flores infladas por la tanta lluvia caída en los últimos días irradian un espectacular color, el mundo vegetal parece reinar ante un inexistente mundo animal. Intranquilos los caminantes deciden regresar, pero un silencio peluznante parece querer acompañarlos durante la vuelta. Los propios pasos parecen retumbar en el interior de sus cabezas, y el aire se va volviendo cada vez más denso. A duras penas pueden respiran, y bajo una soñolencia mortídera sus cuerpos se doblegan hasta yacer en el suelo del camino. El viejo recostado en una roca intenta balbucear palabras imperceptibles...
El violeta se hace intenso, y en la noche cerrada la brisa acaricia los cabellos del más joven.

Texto: Dácil Martín

lunes, 27 de abril de 2009

La corderita Indefensa


Todos han entrado en el juego. Todos han bailado con la música que he pinchado. Todos han venido a mi carnaval. Todos han consentido mi disfraz. Soy una HijaPuta disfrazada de víctima. Soy una aprovechada vestida de tonta indefensa. Soy la que te va a denunciar por malos tratos. Tengo el mundo a mi favor, cuando antes nadie me escuchaba. Soy con la que todos quieren bailar. Soy la que te tengo a mi merced. Cuidadito…mi disfraz está de moda, es el más vendido… todos saben que es un disfraz, pero no importa. Pagarás por ello si no bailas a mi ritmo, soy la reina de este nuevo carnaval. El carnaval de la oportunidad, carnaval de la venganza, carnaval del dominio del sexo antes débil. Fiesta que hemos creado con la astucia femenina, con la condescediancia masculina... para que les dejemos entrar en la fiesta de forma fácil. Vente a mi fiesta…pero pagas tú. Saca la cartera y baila.

Texto: Francisco Concepción Alvarez

domingo, 26 de abril de 2009

Paddle




Ella me compró los tenis, el pantalón y la camisilla con sistema equarea. Yo le digo como soltar la derecha y como pegar el revés; he visto hacerlo muchas veces en la tele, muchas más que ella.
La pelota sale disparada, salta la red metálica y cae sobre el capó de un coche grande, muy limpio y con los sillones de piel. Se acaba nuestra hora de alquiler en la pista de césped artificial.
Nos quitamos el sudor con jabón natural de vainilla, nos ponemos las Rayban Aviador y nos vamos al corte inglés. Ella elige el pan y los volovanes -de salmón para mí y de berros para ella-; yo cojo la cerveza de importación y el jamón de Bellota, 135 gramos de lujoso cerdo. Mouse de queso fresco y té inglés para el postre.
Después, siesta con tapones los dos, y paja con mamada para mí. A ella hoy no le apetece follar pero sí ver mi cara de recién corrido.
Vamos al cine en la última sesión, nada de cena y a dormir con besos de buenas noches buscando la mañana del domingo; mañana de periódicos y suplementos, de Brunch con vino blanco y tranquilidad…
y sé que debería sentirme bien, afortunado, pero juego mal al Paddle y la libertad queda muy lejos de aquí.

J Ramallo

 
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