sábado, 30 de mayo de 2009

XXI Feria del Libro. Buen Marco



Arrancó en Tenerife la XXI Feria del Libro en un marco tan incorporable como es el Parque García y Sanabria. Un encuentro imprescindible con las letras hasta el próximo día 7 de Junio. Este año incluso te regalan por cada libro comprado un arbusto endémico de canarias, un Alhelí. Ten paciencia, pues aunque puedes encontrar interesantes propuestas, te aburrirás de Millennium, la saga que arrasa tanto en las librerías como seguramente en las próximas semanas en las salas de cine, es omnipresente.



Por mi parte me apunté a una nueva corriente, la de comprar una novela sin referencias, con el fín de descubrir literatura que te sorprenda y lo hice con Botchan, fue un amor a primera vista, no tenía ni idea de su argumento ni de su autor, mi sorpresa es que es un clásico de la moderna literatura japonesa y una de las más celebradas. Tengo poca cultura sobre literatura oriental, excepto sobre el Libro del Tao, que me acompaña en la mesilla de noche y que picoteo habitualmente. Podría ser la apertura de nuevos caminos en mis lecturas. Ya les contaré mi impresion sobre Botchan, de momento hablan de que es perspicaz y penetrante, tierna y diferente.



Fotos y critica: Francisco Concepción

Noche africana


Youssou N’Dour arrasó anoche en la trasera del Auditorio, quiero decir, la Plaza de los Alisios con una actuación cercana, dinámica y de calidad que arrastró a cuantos nos apiñamos en torno al escenario.
Como él mismo gritó al principio de su actuación, el lenguaje que se habló fue el de la música, ni español, ni francés o inglés o wolof, sólo música.
Y el del baile: imposible resistir el ritmo de los numerosos senegaleses que coreaban y bailaban sus canciones.
Pero si fue estupendo el concierto de Youssou N’Dour no lo fue menos el que ofreció Gato Gótico, teloneros de lujo.
Con ritmo y garra, el grupo tinerfeño nos enganchó con su jazz, a veces clásico, tantas otras, mestizo. Magníficas ejecuciones que merecían mejor escenario, ya que el viento y el ruido de los que no terminaban de centrarse en la actuación opacaron por momentos sus excelentes interpretaciones.
Una noche fantástica de música, sensaciones y hermanamiento. Mis agujetas y ronquera dan fe.


Crítica: Ana Joyanes

viernes, 29 de mayo de 2009

Existen ediciones y EDICIONES



Existen ediciones y Ediciones. Libros impresos como obras de arte y objetos únicos. Editados en tirada muy corta y con esmero. Proyectos de edición que antes de nacer el editor sabe que no cubrirá ni los costes de impresión, pero llevado por su entusiasmo hacen que estas joyas vean la luz. Es el caso del catálogo de LA FABRICA EDITORIAL, un proyecto de esos que no podemos dejarnos de hacer eco.

Proyectos como los de esta editorial hacen de la edición un arte y tiran por tierra toda la controversia de que el mundo digital puede acabar con el papel. Con el papel cutre posiblemente.

Extracto III: Andamana, La Reina mala

A medida que se acercaba a la vieja choza, se oían los alaridos de grandes perros que fueron a su encuentro. Andamana no se acobardó al verse rodeada por los grandes bardinos, que ladraban histéricamente, exhalando un vaho cálido en forma de humo. Un fuerte silbido los contuvo y retrocedieron con disciplina sin dejar de mirar amenazantes a la intrusa. El joven y fornido pastor se erguía delante de la puerta de la choza, expectante, callado e inmóvil. Andamana prosiguió hasta él sin perder el paso. Envuelta en su larga capa negra y ocultada tras el antifaz, escondía cualquier rasgo humano, dándole un aspecto realmente fantasmal. Al verlo, reconoció al hombre del que le había hablado la pitonisa. Con su acostumbrada prepotencia solo cruzó una frase con el joven –“Quiero que seas mío” y estiró la mano para cogerlo como si fuera un trapo.

Texto: Marcos Alonso

Trailer LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES



Aquí está, ha llegado. No soy objetivo, ya no se si es buena literatura, ya no puedo valorar nada, me ha arrastrado como a todos, pero convengamos que entretiene. Aquí tenemos ya el estreno de la primera saga de Millennium Esto no hay quien lo pare, será sin duda la película más taquillera de las próximas fechas. Ingredientes no le faltan. Cine muy comercial. Rápido. Veremos como han realizado la adaptación de una novela tan extensa para comprimirla en dos horas visuales. Tras visionar el trailer pienso que los actores están sabiamente escogidos.

Un aperitivo: El Trailer de LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES

miércoles, 27 de mayo de 2009

MORDIDAS

En la ventana la chica muerde una manzana mientras espera vigilante la llegada del motorista ruidoso y él, se esconde bajo los frondes de la palmera para verla, tan quieta. El dragón de komodo despierta a la niña dormida, la muerde para que viva la peor de las pesadillas. Twin Force es un corrector de mordidas convertido en alambres que adorna la boca de una mujer adulta, casada, con hijos, con dientes sellados y no de perlas. La mordida del tiburón está cicatrizando en la espalda del submarinista; el golpe certero de su puño en el morro del escualo fue el fin, y fue el comienzo de la relación con el rey marino. Oscar le mordisquea sus dedos, su antebrazo, su hombro, sus labios sabrosos. Ventura le ofrece el cuello, y Oscar, clavando con precisión sus artilugios absorbe las mínimas dosis para que no se le muera. También Nadal muerde sus trofeos. Una décima de segundo hace vibrar… la memoria por Vega, que mordiente hacía gritar a nosotras todas, y saltar histéricas y lujuriosas. Los mordió, se los llevó juntos en la misma tarde. No se conocían, tal vez coincidieron en la cola de un cine, comiendo mesa con mesa en un guachinche, aquellos de entonces. Uno era alto y rudo, el otro enjuto y fenicio. Cuando la enfermera entró en la habitación los encontró a los dos yertos, cada uno en su cama, y más que dormidos.

Texto: Dácil Martín

martes, 26 de mayo de 2009

¡¡ Nadie me leyó !!



Ayer escribí pensando en los lectores. En gustarles, en que me acogieran y me abrieran su puerta. La puerta de su tiempo, de su pensamiento, la de su interés… Junté la verborrea que a ellos les gusta. Escribí pensando en ellos. Solo en ellos. Quería como siempre, hacerles un regalo personal, incomparable. Junté palabras para agradarles, muchas palabras, las mejores. ¡Nadie me leyó!



Hoy he escrito para mí, desde la tiranía. Pensando solo en mí. Sin artificios baratos. No he juntado palabras encontradas en los saldos y rebajas de la creación. Hoy he compuesto un ramillete de sentimientos francos. Un ramillete pequeño de frases que exhalan autenticidad, un ramo que huele a creíble y verdadero, aunque sus flores sean un artificio. Y he conseguido a un lector. Un lector que alaba mi texto y que se deleita casi hasta un punto de orgasmo. Un lector feliz. Solo uno… al autor.



Texto: Francisco Concepción Alvarez

lunes, 25 de mayo de 2009

Escritores PEDANTES



Borges hablaba de esos escritores que se ponen barrocos e intentan parecer cultos y poner distancia con los lectores. Yo hablo de esos escritores llamémosles "jilipoyas" que ensucian papel intentado expresar algo que podía hacerse en una sola frase. No le damos valor al escritor que nos parece cercano y que entendemos lo que escribe. Lo comparamos con alguien de andar por casa y siempre le hemos damos más valor a lo lejano e inaccesible.
Apunte: Francisco Concepción

El genio del canutillo


Dicen que es un poco raro que esté tan tranquilo, pero que no pasa nada, que dentro de unos minutos empezaré a ser sociable. Esto me hace plantearme que a nadie le gusta cómo soy, que soy un muermo de persona. Dicen que dejaré de estar triste, y cada vez me siento más artificial y más lejos de mí mismo. Llevo ya unas cuantas “caladas”, y simplemente noto tos y carraspera. Mi coleguita del momento argumenta que este material es de colocón seco y sutil, poco persistente y de tolerancia muy alta. Yo no sé muy bien de lo que habla; sin embargo, parece tan convencido y docto en el asunto, que simplemente me río:

- El Yoda de la Grifa, pareces ser tú -, alegué.

- Si tuviera su memoria, quizá -, farfullaba él, a mi lado.

Todo lo que mi siniestro acompañante comentaba, parecía carecer de importancia, y ser totalmente superficial, como si deseara que fuera olvidado. Fue entonces cuando me vi reflejado en aquel chico de ropa sucia y aliento infernal: comprendí que no quería llegar a eso, y me levanté en el acto, un poco mareado, pero muy dignamente, y desaparecí por debajo del puente, con la intención de olvidar al genio del canutillo. Mientras me alejaba, agitaba su mano izquierda, y con la derecha se ayudaba a sostener con la boca su fulgurante vicio, su burda mentira.


Texto: Pilar Ana Tolosana Artola

Dafnis. El hada del lago

Fabia había ido a coger agua al lago, en aquel inmenso paraje rodeado de montañas, grandes abetos y un lago azul como el cielo vivían varias familias, eran unas casas hechas de madera noble, pintadas de color verde, que en ocasiones se confundían con los árboles.
Vivían de los productos que la naturaleza les había regalado, el agua del lago, los alimentos del bosque y de sus propias manos, tenían unos huertos de verduras y todo tipo de frutas. Cada día Fabía salía con su cántaro a coger agua para beber, el camino no era largo, pero ese día le extraño que no hubiera ningún animal por el camino. Cuando llego al borde de la orilla vio algo impensable, el agua se había teñido de color rojizo, y el olor era imposible de soportar. Se le cayó de las manos el cántaro y empezó a llorar. Apareció Dafnis, una pequeña hada, no media más de cinco centímetros, era muy bella, tenía unas alas transparentes y el pelo le llagaba a la cadera, se poso en el hombro de Fabia e intentó consolarla. Pero Fabía estaba tremendamente afectada, ¿Quién había podido hacer aquello?, ¿Qué era lo que había infectado el agua de aquel maravilloso lago?. Dafnis escucho todos los pensamientos de aquella mujer, sabía el sufrimiento que le causaba decidió ir a buscar al culpable de aquel horror. Dafnis una nixie, se marcho volando por las montañas, en busca de la causa de ese desastre. Al llegar al pico de Brindies observo que en la ladera de la montaña había un grupo de hombres, maquinas taladoras y toda clase de instrumentos mecánicos, Dafni empezó a enfurecerse, estos estaban talando los árboles, contaminando el agua con gases y el combustible, estaban destruyendo su forma de vida, se acerco a ellos y en aquel momento se transformo en una bella mujer, tan hermosa que todos dejaron de trabajar. Ella, los embeleso, con su belleza y su cuerpo, de tal forma que se transformaron en peces, sin darse cuenta el Hada los había transformado en una especie de peces limpiadores, que se tragaban todo la contaminación del agua, los guió hacía el centro del lago, y desde allí empezaron a tragarse el contaminante, el lago se convirtió en lo que era, su vida.


Andamana, la reina mala. (II)

La tarde invitaba a saborearla. Las nubes se derretían bajo la bóveda celeste que sostenían las altas montañas. Andamana miraba, reticente, esas nubes, que decían ser las almas de los muertos, y que volverían a nacer imitando las caras de quienes las mirasen. Quizás alguna de ellas corresponderían a la los hijos, que la vieja pitonisa presagiaba, que iba a tener. Le había dicho, sin entenderlo, que uno reinaría sobre la Tierra y el otro sobre el Mar.

Aún recordaba sobrecogida cómo había llegado hasta allí antes de que todo aquello desapareciera. Al subir por el estrecho camino polvoriento, el paisaje reseco y moribundo clamaba a Dios, para que las lluvias ahogaran su sed. Las tabaibas aburrían las laderas, con su monotonía, y tan solo los cardones rompían la rutinaria estampa, iluminando con sus candelabros. De repente, y cuando el camino parecía desfallecer al final del desfiladero, la respiración se cortaba al contemplar todo aquello. Un inmenso vacío lo llenaba todo. Las inmensas paredes de la Caldera lo rodeaba como si quisiera guardar y proteger un secreto. Abajo, donde nacían los barrancos que se ahogarían en el mar, un tapiz verde de olivos y palmeras subían por las laderas queriendo trepar. El risco más hermoso, el Risco Blanco, brillaba en el justo momento que Magec lo tocaba con sus dedos. Su cuerpo dorado y blanco lo dominaba todo como si fuera el Señor del valle. Separado levemente de los acantilados, trepaban por sus costados la gran ciudad. Los caminos se engalanaban con vistosos empedrados de todos los colores que serpenteando envolvían la inmensa roca. Cientos de escaleras unían los grandes caserones y las cuevas que perforaban el cuerpo del Gigante. El vértigo emborrachado se apoderaba de los individuos jadeantes que subían por aquellas callejuelas empinadas. En lo más alto la belleza arrogante del Gran Almogarén coronaba la ciudad maldita. Quién hubiese pensado que años más tarde la Ciudad escondida se convertiría en secreto para siempre. Dicen que Acorán celoso de su belleza sacudió las grandes montañas y las tierra corrió como el agua por los barrancos sepultándolo todo. Humiaga desapareció para siempre como si hubiese sido un sueño.

Texto: Marcos Alonso

domingo, 24 de mayo de 2009

Noche de Heavy metal



Estalló el obús en La Laguna. A las doce y media de anoche. En punto.
Un buen puñado de rockers y no tan rockers nos congregamos anoche en la trasera de Magisterio para asistir al concierto de Obús, cabeza de cartel del festival Laguna Rock 3.
El frío y la llovizna laguneros no impidieron que los seguidores de la banda disfrutásemos de una noche de buen heavy metal.
Abrieron la noche los canarios Lord Bairon y The Zeronaut y los catalanes Steelgard, heavy clásico, death metal, thrash metal de calidad que nos hicieron entrar en calor. O, al menos, no congelarnos.
Como teloneros actuaron los tinerfeños Esclavitud, responsables en gran parte de la presencia de Steelgard. Gracias, chicos, ese grupo tiene un potencial increíble y, según dijeron, están a punto de grabar su primer álbum. Habrá que estar pendientes porque suenan realmente duro.
Esclavitud convenció con su buen heavy metal clásico, en español, con toques progresivos y una energía en el escenario que le costó un cambio de pantalones a Adrián Lugo, el cantante del grupo.
Pero volvamos a Obús. Treinta años en la brecha y mantienen la fuerza que les caracterizaba en los ochenta, ejecutando sin pausa las canciones que les dieron la fama. Fue al llegar a Autopista cuando el público definitivamente entró en calor, coreando y bailando las canciones. Te visitará la muerte, Va a estallar el obús, La raya…, más de hora y media de una actuación que no defraudó a sus seguidores.
Por cierto, ¿he dicho ya que mis favoritos fueron Steelgard? Sí, lo he dicho, lo sé. Pero es que no me puedo resistir.
Crítica: Ana Joyanes

 
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