
Al hombre de negocios le gusta Led Zeppelin, así que el strip tease que llevan a cabo las dos brasileñas y el cubano está resultando casi ridículo. Stairway to heaven a todo reventar contra las paredes del garito y el hombre de negocios que se levanta y se pone a bailar, enajenado, con los brazos en alto, soltándose la corbata, las gafas resbalando con el sudor por su nariz; arrítmia en estado puro. Los otros dos, sentados en el sillón de piel negra, no paran de reír mirando la escena. Las convulsiones hacen que el líquido salga de sus copas y baje mojando sus antebrazos.-Mira a ese pedazo de cabrón cómo se mueve -dice el alcalde con la boca pastosa-, ¡qué fenómeno!-Sí, menudo lote tiene el hijo de puta, devuelve el concejal haciendo un esfuerzo...