
El reflejo de los cristales del monstruo que han construido delante me devuelve la imagen de una casa de la que, alguna vez, conocí su interior. Parecen las mismas paredes, los mismos muebles y el mismo polvo. Intento recobrar un pasado mejor olfateando algún rastro que pudiste olvidar en el rincón más insospechado. No sé si soy perra vieja o es que nunca estuviste aquí. Ya no puedo ni creerme la foto de la mesilla donde abrazados disfrutábamos de aquella magnífica vista.No hay paisaje. No hay olor. No estás tú. Todo es mentira.Texto: Anabel gaberdola@gmail....