
Mi primer novio me enseñó a deletrear mi nombre en morse. Es algo así como .--..- ó, fonéticamente, ti-ta-ta-ti-ti-ta.El mundo de los niños es tan privado como lo pueda ser su lenguaje secreto ya sea morse, hablar al revés o anteponer una sílaba a cada una del resto de la palabra. Teventecontemitego, ¿alguien se acuerda?Sus códigos morales son tan únicos como el cristal a través del que se hacen confidencias, sus miedos tan aterradores y reales como las peores desgracias que sufren los adultos.En Déjame entrar nos encontramos con casi todos los paradigmas del mito vampírico, con sus grandezas y miserias: ese triste guardián que no consigue proporcionar a su hija el alimento que precisa, el ansia de sangre que retuerce a los infectados, la vida...